Enfermedad Renal y Obesidad

La relación entre la enfermedad renal y la obesidad radica en que el sobrepeso aumenta la carga de trabajo en los riñones, lo cual contribuye a un deterioro paulatino de estos órganos encargados de filtrar y limpiar la sangre.
La obesidad aumenta las probabilidades de desarrollar diabetes e hipertensión, enfermedades que son los principales factores de riesgo en una Enfermedad Renal Crónica.
La primera causa para necesitar una sustitución renal, como diálisis o hemodiálisis, es la diabetes, enfermedad estrechamente relacionada con la obesidad.
¿Por qué se presenta la enfermedad renal?
Cada individuo nace con una cantidad limitada de nefrones, que son las unidades internas del riñón responsables de filtrar la sangre y regular el agua en el organismo. Por este motivo es que, la velocidad con la que los riñones limpian la sangre comienza a disminuir gradualmente a partir de los 35 años, aproximadamente un 1% anual. Pero si un adulto tiene obesidad, este deterioro será mucho más rápido y notorio.
Cuanto mayor es el grado de obesidad en un paciente, más probabilidades tiene de desarrollar hipertensión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad en función de un marcador clínico, fácil de medir, como es el índice de masa corporal (IMC).
Un IMC entre 18.5 y 25 kg/m2 es considerado como normal, entre 25 y 30 kg/m2 como sobrepeso, y un IMC > 30 kg/m2 como obesidad.
A pesar de que calcular el IMC es relativamente fácil con estudios de bioimpedancia, no es una herramienta confiable para calcular la distribución de la grasa muscular, ya que personas musculosas o aquellas que tienen más tejido graso subcutáneo, pueden tener un IMC igual de elevado que aquellas personas con mayor masa de grasa visceral.
Las mujeres presentan más frecuentemente tejido adiposo subcutáneo, típico de la obesidad periférica o ginoide, y se relaciona con mayor secreción de adiponectina, que tiene propiedades antiinflamatorias y antiateroscleróticas, menor riesgo de diabetes y menor riesgo cardiovascular. Por otro lado, el tejido adiposo visceral es propio de la obesidad tipo androide u obesidad central de los varones, el cual se asocia con una mayor liberación de citoquinas como la resistina, aumento de resistencia a la insulina y mayor riesgo cardiovascular.
Estudios realizados a nivel mundial demuestran que la obesidad se ha convertido en una epidemia que se presenta con mayor frecuencia en países con alto nivel socioeconómico, pero que también está presente en países con un nivel socioeconómico menor.
Estos mismos estudios señalan que aproximadamente un tercio de la población americana es obesa, y que este problema no afecta únicamente a adultos, sino que también afecta a los niños.
La preocupación por el aumento de los casos de obesidad en el mundo se ha convertido en un problema socio-sanitario.
¿Qué medidas debe tomar una persona que padece enfermedad renal?
Una de las primeras medidas que se recomiendan a pacientes con obesidad y riesgo de enfermedad renal es comenzar una dieta especial basada en la restricción moderada de proteínas, ya que son precisamente las proteínas la que demandan más trabajo a los riñones. Esta dieta puede acompañarse con medicamentos para el control de la presión arterial y otros que tienen un efecto directo para disminuir la sobrecarga de trabajo de los órganos, evitando así el deterioro, además de reducir la pérdida de proteínas en la orina.
Las personas con obesidad tienen un riesgo mayor de desarrollar otras enfermedades como diabetes mellitus tipo 2, enfermedad cardiovascular y neoplasias; la obesidad, además, es un importante factor de riesgo para el desarrollo de una enfermedad renal. Por un lado, aumenta el riesgo de desarrollar los principales factores de riesgo de la Enfermedad Renal Crónica (ERC), como son la diabetes y la hipertensión, y por otro lado, tiene un impacto directo sobre el desarrollo de ERC y Enfermedad Crónica Terminal (ERCT).
Asimismo, cuando la función del riñón únicamente tenga capacidad del 10% al 15% es necesario realizar hemodiálisis dentro de una clínica especializada para colocar el acceso vascular de forma adecuada.
Cuando la dieta no es suficiente para bajar el peso requerido, se debe evaluar la posibilidad de realizar un tratamiento quirúrgico, como la cirugía bariátrica, lo cual permite aumentar la sobrevida del riñón y mejorar su funcionamiento.
Muchos estudios epidemiológicos han demostrado que la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad renal.
La obesidad, además, representa un problema cuando la enfermedad renal ya está avanzada y el paciente necesita un trasplante, ya que el sobrepeso puede limitar el acceso a un trasplante de riñón debido a la dificultad técnica que le agrega a la intervención.
Síntomas comunes de la enfermedad renal
- Presencia de sangre o proteínas en la orina.
- Incapacidad para retener la orina, es decir, el paciente necesita ir continuamente al baño, especialmente durante la noche.
- Hipertensión arterial.
- Anemia
- Cansancio
- Falta de atención o concentración.
- Retención de líquido o edema.
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Fuente: kidney.org